Ramón Moscardó: El pintor de la evocación del recuerdo

Arte contemporáneo Postimpresionismo

Ramón Moscardó se erige como una figura singular en el panorama artístico catalán, un pintor que, a través de la fusión de luz, color y formas expresivas, nos invita a sumergirnos en la esencia misma del recuerdo. Su obra, que transita entre el costumbrismo y un marcado postimpresionismo, es una invitación a vivir lo cotidiano en toda su fragilidad y belleza. En Subasta Real disponemos de cuatro de sus óleos, una oportunidad única para adquirir piezas que encapsulan momentos de intimidad y universalidad.

La obra como crónica de lo vivido

 

Ramón Moscardó. "Puente de Praga". Óleo sobre madera. Firmado

Los cuadros de Moscardó son ventanas a escenas que, a pesar de su aparente banalidad, se convierten en microcosmos de vivencias y emociones. Obras como "Café de Praga" nos transporta a interiores cargados de atmósferas íntimas, donde la agilidad de su pincelada y la riqueza de su paleta permiten "enjaular" en el lienzo esos instantes fugaces y cargados de nostalgia. La obra se transforma en un acto de recuperación del recuerdo, donde cada trazo invita a revivir lo universal a través de lo personal.

Influencias y técnicas: un diálogo entre corrientes

 

Ramón Moscardó. "Café de Praga". Óleo sobre lienzo. Firmado

Moscardó se autodefine como un artista que “ha robado un poco de todos”, lo que se traduce en una síntesis notable de influencias. Si bien su mirada costumbrista se centra en escenas cotidianas, su tratamiento pictórico se inscribe dentro de una estética postimpresionista, evocando en ocasiones la expresividad y el geometrismo suave característicos de Cézanne, Gauguin o Van Gogh. Esta fusión se enriquece con matices del cubismo, a la manera de Picasso, que se evidencia en la simplificación de objetos y figuras, y del expresionismo, perceptible en la intensidad de sus personajes en obras como "Circo de Las Pulgas".

El artista catalán explora también el paisaje mediterráneo en obras donde la luminosidad del mar y del cielo se plasma en frescos tonos azules y blancos, creando escenarios idílicos en los que la despreocupación y la apacible banalidad cobran vida. Asimismo, su curiosidad y espíritu viajero le han llevado a retratar ciudades emblemáticas como Nueva York, París, Praga o Londres, ampliando el horizonte de su lenguaje pictórico.

Trayectoria y formación: de la infancia a la proyección internacional

 

Ramón Moscardó. "Circo de Las Pulgas". Óleo sobre lienzo. Firmado (2001)

Nacido en Barcelona en 1953, Ramón Moscardó se inició en la pintura desde muy temprana edad, compartiendo con su hermano gemelo, Josep, una pasión que se convirtió en un juego y luego en una profesión. La formación en instituciones emblemáticas como la Escuela Superior de Bellas Artes de Sant Jordi y La Llotja de Barcelona le permitió consolidar una técnica que ha sido reconocida desde sus inicios. Su carrera se vio impulsada con el Primer Premio del Concurso de Jóvenes Pintores de la Sala Parés de Barcelona a finales de los años setenta, un hito que marcó el comienzo de una trayectoria internacional, con exposiciones en museos y galerías de Estados Unidos, Francia, Hong Kong, Inglaterra y la República Checa.

Una mirada crítica y personal

 

Ramón Moscardó. "París". Óleo sobre lienzo. Firmado

Es imposible no destacar la capacidad de Moscardó para capturar lo efímero y lo íntimo en cada obra. Su habilidad para transformar la cotidianidad en poesía visual resulta en composiciones que, a la vez que son técnicamente sólidas, invitan a una experiencia casi sensorial. No se debe confundir su afinidad por la representación de escenas costumbristas con una mera reproducción de lo cotidiano: cada trazo, cada matiz, es el resultado de una mirada deliberada que busca conectar lo personal con lo universal.

Si bien algunos pueden debatir la dualidad entre una temática costumbrista y un lenguaje postimpresionista, en la obra de Moscardó estos aspectos se funden de manera coherente, ofreciendo un discurso visual que se siente auténtico y profundamente humano. Es importante, sin embargo, destacar que la riqueza de su obra reside justamente en la veracidad y en la sensibilidad que transmite.

La obra de Ramón Moscardó es, sin duda, es un compendio de emociones y recuerdos que se plasman en cada óleo. Su capacidad para transformar escenas cotidianas en auténticas cápsulas de vida lo posiciona como un referente del arte contemporáneo catalán. Para los coleccionistas y amantes del arte, las piezas que se subastan en Subasta Real representan no solo una inversión en obras de gran belleza y técnica, sino también una oportunidad para conectar con un artista que entiende el arte como una celebración de la vida amable y lo efímero del instante.