Santiago Rusiñol y la pasión por el jardín
Santiago Rusiñol (1861–1931) no se limitó a reproducir la naturaleza, sino que supo transformarla en un escenario cargado de emociones y simbolismo. Su incesante búsqueda de la belleza del jardín le llevó a recorrer paisajes y reinterpretar, a través de su pincel, la esencia de estos espacios. Dentro del modernismo catalán, el jardín se convierte en un refugio íntimo en el que la luz, el color y la forma dialogan en perfecta armonía.
Santiago Rusiñol. "Jardins D'Ulldemolins". Óleo sobre tela. Firmado (ca. 1900)
De Granada a "Jardines de España"
Uno de los episodios fundamentales en la trayectoria de Rusiñol fue su viaje a Granada, donde descubrió la fusión entre lo natural y lo construido. En 1896 presentó en París la serie "Jardines árabes de Granada", una muestra que evidenció su capacidad para reinterpretar la realidad a partir de su sensibilidad personal. Este primer acercamiento al jardín andaluz anticipa la posterior consolidación de un proyecto más ambicioso.
Tres años después, el artista modernista inauguró la serie "Jardines de España" con una exposición de 32 obras en la Galería Art Nouveau de París, en lo que se puede considerar la culminación de su fascinación por los espacios ajardinados. Cabe destacar que Rusiñol no se limitó a copiar la naturaleza tal como es, sino que filtró su percepción a través de un "tamiz de emociones", intentando plasmar la esencia, el alma y la atmósfera única de cada jardín.
El Libro "Jardines de España"
Con el título de "Jardines de España", Rusiñol dejó constancia de su interés en este tema a través de la literatura. El libro publicado en 1903 por la Casa Thomàs de Barcelona, confirma la importancia que el jardín tuvo en el discurso artístico del artista catalán. Aquel fue tanto un libro de arte como un libro de artista, que se convirtió en un objeto altamente simbólico en su carrera.
El ejemplar, presentado en una carpeta de color blanco con el título y el nombre del autor impresos en verde, incluía el anagrama del Cau Ferrat en el margen inferior derecho como distintivo ornamental. La carpeta cerraba, mediante unas tiras verdes, un conjunto de cuarenta láminas de gran formato, impresas en papel Guarro, que reproducían cuarenta de los mejores jardines que el artista había pintado a lo largo de su extensa trayectoria. De estas láminas, seis se realizaron a todo color y las restantes treinta y cuatro en blanco y negro.
Acompañando las reproducciones se encontraba un pliego con una presentación en prosa poética, escrita por el propio Rusiñol, junto a los poemas de ocho de sus escritores preferidos, entre ellos Joan Alcover, Gabriel Alomar, Miquel Costa i Llobera, Joan Maragall, Emili Guanyabens, Apel·les Mestres, Francesc Matheu y Miquel dels S. Oliver. Rusiñol diseñó este libro en un momento crucial de su vida, en el que la pintura de jardines, y especialmente el motivo del “jardín abandonado”, se erigía como tema central tanto en su obra pictórica como literaria.
Estos jardines, que iban desde Tarragona hasta Aranjuez y desde Montserrat hasta Granada, simbolizaban un espacio de recogimiento, donde el “artista-sacerdote” oficiaba la “Religión de la Belleza”. La temática del jardín no solo tenía un valor estético y artístico, sino también una carga política e histórica: en el contexto de la crisis de 1898, cuando España sufría la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, la reunión de estos jardines—algunos abandonados—admitía lecturas tanto decadentistas como regeneracionistas, denunciando la decadencia de un patrimonio cultural en declive.
"Jardins D'Ulldemolins" a la venta en Subasta Real
La obra "Jardins D'Ulldemolins" (ca. 1900), actualmente a la venta en Subasta Real, es un excelente exponente del compromiso de Rusiñol con la representación del jardín. Este óleo sobre tela, firmado por el propio artista, destaca por los siguientes aspectos:
Técnica y estilo: La aplicación del óleo resalta la maestría de Rusiñol en la captación de la atmósfera. Las pinceladas enérgicas y la paleta cuidadosamente dosificada logran transmitir la luz y la vitalidad del espacio ajardinado, donde la fusión de matices cálidos y fríos genera un ambiente sereno y evocador.
Composición y emoción: En "Jardins D'Ulldemolins" se aprecia la capacidad del artista para transformar un jardín en un escenario de introspección y belleza. Rusiñol filtra la realidad a través de su sensibilidad, dotando al paisaje de una carga emocional que invita al espectador a sumergirse en un universo íntimo y simbólico.
Valor histórico y autenticidad: Firmada por el propio Rusiñol y fechada en torno a 1900, esta pieza se sitúa en un momento crucial de la evolución del artista, cuando el jardín se convertía en elemento central de su discurso estético y emocional. Su autenticidad y procedencia la convierten en un testimonio único del modernismo catalán. Se adjunta informe de restauración y conservación del cuadro realizado en junio de 2023. Obra en buenas condiciones. Se adjunta documentación que acredita la autenticidad de la obra.
Legado y relevancia en el arte modernista
El legado de Santiago Rusiñol se extiende a la influencia que ejerció sobre la percepción del espacio ajardinado en el arte europeo. Convertido en un “referente europeo” en este ámbito, su capacidad para capturar la belleza y la esencia de los jardines ha inspirado a generaciones de artistas y ha contribuido a la revalorización del paisaje natural como tema central en el arte modernista.
La obra de Rusiñol se erige como un testimonio de su inquebrantable pasión por el jardín, un espacio donde la naturaleza y la emoción se entrelazan para crear una experiencia artística única. Para coleccionistas y amantes del arte, la adquisición de esta obra representa la oportunidad de poseer un fragmento de la rica herencia modernista, en el que cada trazo revela la profunda sensibilidad de un artista que supo transformar el paisaje en una experiencia estética y vital.