Virginie Michel: artista de lo humano y lo inefable
Pintura abstractaVirginie Michel es una narradora de emociones y recuerdos que utiliza el arte como su medio principal. Sus obras, cargadas de capas y matices, nos llevan a un viaje introspectivo en el que cada pieza invita a reflexionar sobre la identidad, las conexiones y los contrastes entre lo interno y lo externo. Esta selección de cuadros es una muestra del talento de una artista que encuentra en la técnica mixta su lenguaje más profundo.
Virginie Michel. Innommable. Técnica mixta (acrílico, fieltro, lápiz, collage) en lienzo (2019)
En Innommable, Virginie Michel nos enfrenta al misterio del ser. Las capas de acrílico, fieltro y collage crean un rostro que no termina de definirse, un espectro que emerge entre lo figurativo y lo abstracto. La textura del fieltro aporta una cualidad tangible, casi orgánica, que evoca el tejido mismo de nuestras emociones. Es un retrato del alma, de aquello que no puede nombrarse pero que intuimos profundamente.
Virginie Michel. Arborescence. Técnica mixta (acrílico, fieltro, lápiz, collage) en lienzo (2019)
En la serie Arborescence la artista entrelaza formas que sugieren las ramificaciones del pensamiento humano. Los trazos de lápiz y acrílico se superponen en un flujo que recuerda a las conexiones neuronales o las huellas de un árbol genealógico. Este retrato abstracto invita a reflexionar sobre la memoria y la identidad, mostrando cómo las raíces de nuestra experiencia conforman el presente.
Virginie Michel. Arborescence 1. Técnica mixta (acrílico, fieltro, lápiz, collage) en lienzo (2019)
En Arborescence 1 Michel profundiza en el gesto como lenguaje. Cada línea y fragmento de collage parece contener un eco de lo humano: fragmentos de recuerdos, sensaciones desdibujadas. La composición juega con la tensión entre el caos y el orden, componiendo un retrato que, más que representar un rostro, sugiere la esencia misma de nuestra complejidad.
El título irónico de esta obra (“No tengo la mano verde”) contrasta con la vitalidad de sus formas. Este retrato abstracto parece capturar una lucha interna, una energía contenida que se libera en los trazos vivos y los collages superpuestos. La obra es un testimonio de la expresividad de Michel, donde cada elemento es una parte indispensable de un retrato que desafía las categorías y las definiciones convencionales.
