Gauguin: Uno de los artistas más caros de la historia creador de un nuevo concepto pictórico
Personajes famosos GauguinArtista anterior a Dalí, Miró o Tàpies, y a las producciones en escultura, litografía, grabado, serigrafía y obra gráfica del arte contemporáneo. Nació un 7 de junio de 1848. Largo fue el recorrido personal, vivencial y estilístico de este pintor emblemático del siglo XIX. No conoció cortapisa alguna a lo largo de una vida marcada por la pasión; pasión por la pintura, por los lugares exóticos y por las mujeres indígenas. Vida marcada por los cambios y vaivenes económicos y sentimentales que le llevaron a un final prematuro encontrándose con la muerte -ya enfermo del corazón y tal vez de sífilis- al parecer por un infarto, un 8 de marzo de 1903 en su cabaña -a la que denominó “La casa del placer”- en una de las islas Marquesas. Muchas dudas hay sobre su fallecimiento llegándose incluso a haberse afirmado que fue de una sobredosis. Sin embargo sus lienzos le honran, así como la defensa de la causa de los nativos del lugar.
Gauguin había marcado antes el rumbo de un estilo que lo iba a caracterizar como uno de los grandes. Algo cansado de las tendencias impresionista de la época, quiso investigar, experimentar e, incluso, inventar un nuevo concepto en pintura. Y lo consiguió de la mano de Emili Bernard con la producción pictórica que el crítico de arte Édouard Dujardin denominó “Cloisonismo”. El término proviene de la palabra “cloisonné” que, a su vez, hace referencia a una técnica medieval de esmaltado mediante la cual se separaban distintas superficies vítreas con pequeños tabiques de metal. Así, tanto Bernard como Gauguin contorneaban las superficies con gruesas líneas cuyo interior rellenaban de color casi uniformemente. Huye en lo posible de los detalles y de las sombras. El contorno grueso de las figuras adquiere en las pinturas de Gauguin su propio valor intrínseco. Sus lienzos desprenden una vivacidad cromática sin precedentes que camina hacia lo natural.
Él mismo lo expresa con sus propias palabras cuando explica esa mirada particular y disecante al exclamar: “Quisiera mantenerme apartado, en lo posible, de aquello que transmite la sensación de ilusión en los objetos”.
Una muestra del cambio de rumbo de este artista al que podría encuadrarse entre los post-impresionistas, se encuentra en pinturas como “Bodegón con tres perros”, “El Cristo amarillo”, “Autorretrato con Cristo amarillo” y “La visión tras la prédica” o “La lucha de Jacob con el ángel”, entre otros.
Después, su pintura evoluciona hacia el sintetismo y el simbolismo. Pasa temporadas en París, Bretaña y Arlés (con Van Gogh). Su fascinación por los lugares exóticos lo lleva a Tahití, donde su creación pictórica se vuelca en el mundo aborigen. Huye de lo bucólico de los impresionistas y de “la civilización”. Le cautiva lo natural, lo aborigen, el paraíso de color original y primitivo.
Durante su primera estancia en la paradisíaca isla de la Polinesia francesa, su producción artística tiende hacia este estilo. Abundan los personajes nativos, especialmente las mujeres pintadas en solitario, en pequeño grupo o en pareja. Se vislumbra también la influencia del japonismo, especialmente en la composición y el encuadre. Uno de los muchos lienzos pintados en esta época es el denominado “Nafea faa ipoipo”, que el mismo autor tradujo como “¿Cuándo te casas?”. En él destacan dos figuras de mujer. Se trata de tahitianas; una sentada y otra medio en cuclullas. En repetidas ocasiones Gauguin utiliza el encuadre de figuras duales en la composición.
La temática tiene algo de enigma. Se encuentra encuadrada en el simbolismo de una escena que apunta a suponer que la protagonista quiere casarse. La que aparece junto a ella parece ser la encargada de buscarle marido. Sin embargo la chica lleva una flor en la oreja izquierda, lo que significa que no desea desposarse. Además adopta una postura soñadora. La acompañante muestra una disposición inflexible y serena.
Los profesionales de la compra-venta de obras de arte, así como los marchantes de subastas y de subastas de arte online se despertaron el 5 de febrero de 2015 con una noticia insólita publicada por el New York Times: “Nafea faa ipoipo”, una de las obras emblemáticas de Paul Gaugin, había sido vendida a un comprador, probablemente de Qatar, por una cantidad nada desdeñable (alrededor de 300 millones de dólares). Esto convierte a Gauguin en uno de los artistas más caros de la historia. Para Rudolf Staechlin, también llamado “Ruedi”, vender cuadros de artistas de la talla de Gauguin, Van Gogh, Picasso o Pissarro es algo triste para el coleccionista -la colección Staechelin cuenta con una veintena de obras de estos grandes maestros-.
Aunque perteneciente a un fideicomiso, el cuadro forma parte de la colección de Staechlin, antiguo ejecutivo de la casa de subastas Sotheby´s,.
No obstante la venta, hay una buena noticia para los amantes de la pintura. El cuadro no se trasladará a su destino final todavía. Tienen la suerte de poder admirar este lienzo en España. Estará colgado en el Museo Reina Sofía hasta el 14 de septiembre del presente año. Una buena oportunidad para admirar la obra más cara y representativa de este admirable pintor francés que supo inmortalizar la belleza natural con un estilo propio e inconfundible.
Fdo. María Luisa Sánchez Vinader
Gauguin siempre ha sido uno de mis artistas preferidos. Curiosamente, la obra que protagoniza este artículo estuvo presente en mi vida desde muy pequeña, en forma de lámina, evidentemente. El despacho del negocio familiar estaba presidido por este cuadro, que, como no podía ser de otra manera, atraía mi mirada infantil con sus vibrantes y tropicales colores. El estilo de Gauguin no solo está ligado a la estética del esmalte, sino a las vidrieras. Esa línea negra de contorno remite a la cinta de plomo que enlaza los vidrios. Y sus colores, de una luminosidad espléndida, recuerdan la belleza de los vitrales cuando la luz del sol los atraviesa. Como muchos de sus contemporáneos, Gauguin a veces se sirvió de la fotografía para componer sus cuadros, si bien no la seguía literalmente. Es curioso comparar las fotos de las que parte, en blanco y negro por supuesto, con el resultado final, de colores explosivos. Al igual que ocurrió con su amigo Van Gogh, su muerte prematura nos impide disfrutar de muchas más obras tan hermosas como ésta.