Tàpies: abonando lienzos sobre el terreno
Tàpies“La aventura comienza cuando la pintura se apoya contra la pared, cuando pasa de ser un soporte, un pretexto, a ser la esencia, cuando la búsqueda de la máxima calidad solo se sirve a sí misma”. (Tàpies, Barcelona 1959)
El 13 de diciembre de 1923 nacía Antoni Tàpies autor de extensos lienzos a veces en tonalidades suaves, otras veces tapizados con marcas viscerales que dejan al espectador sumido en una visión panorámica de un mundo irreal al otro lado. Los grandes lienzos del pintor catalán son como una pared diseñada con materiales texturizados. La "Pintura Matérica" de Antoni Tàpies tiene ese poder absoluto de catapultarte a terrenos geológicos sobrenaturales y en ocasiones a terrenos inestables e irreales.
Uno de los sellos distintivos de la obra de Antoni Tàpies es que, aunque utilizaba materiales muy terrenales en sus obras, una vez acabadas parecían obras para ser investigadas metafísicamente. ¿Quién es el ser que se esconde tras la pincelada?, ¿cuáles son sus principios? ¿Conocemos sus inquietudes? ¿y sus deseos? Incluso podríamos preguntarnos por el origen de cada uno de los elementos que componen el soporte.
La década de 1960 estuvo marcada por una revolución para la sociedad y también para el arte. Fue una de las etapas más significativas para Tàpies que lograba un importante reconocimiento internacional. En parte cosechado gracias a sus primeras exposiciones individuales desde 1953 en la Martha Jackson Gallery de Nueva York, las Galerías Biosca de Madrid y la Marshall Field Art Gallery de Chicago. A las que siguieron en 1955 la exposición individual en la Sturegalleriet de Estocolmo y en la Sala Gaspar de Barcelona. Y en 1956 y 57 en la Galerie Stadler de París.
La comunicación en la pared
Antoni Tàpies. "Chiffres inversés". Aguatinta al azúcar. Firmada a lápiz y numerada P.A.
Tàpies quedaba fascinado por las obras en bruto, sin acabar, que le recordaban aquellos muros desgastados y mutilados de su amada Barcelona, que había sufrido las consecuencias amargas de la Guerra Civil española. Paredes en ruinas, edificios derrumbados, suelos agrietados, todo ello plasmado, recordado por Tàpies, a lo largo de su carrera artística en tantas variaciones.
El crítico John Russell escribió en The New York Times, el 6 de febrero de 2012: “sus obras parecen no haber sido tanto pintadas como excavadas en un compuesto idiosincrásico de barro, arena, tierra, sangre seca y minerales en polvo”. Y es que Tàpies, siendo aún muy joven, permanecía escondido sin salir a la calle, mientras se sucedían terribles acontecimientos en las calles de Barcelona.
Ese Tàpies inmóvil, tan sólo oyente de los acontecimientos trascendentales de su ciudad, salía de vez en cuando de su escondite, para darse cuenta que los únicos testigos de cuanto había acontecido el día anterior, eran las paredes y muros que quedaban en pie en Barcelona. Con la luz del día, mostraban la ausencia de pintura en multitud de desconchones, se vislumbraban los desgarros de los daños causados por proyectiles, arañazos y un conjunto de heridas que quedaban escritas para ser releídas una y otra vez.
Antoni Tàpies. "Als mestres de Catalunya #488". Litografía firmada lápiz y numerada P.A.
Esas señales y marcas de las que Tàpies dotaba sus obras, tienen también su razón de ser en el arte oriental. Inspirado por la cultura de Oriente, Tàpies cultivó un lenguaje artístico propio donde cada letra o símbolo hacía referencia a una huella feroz, a una marca innegable de la presencia humana en sus cuadros. ¿A caso el hombre no se convierte en polvo? Sería capaz Tàpies ¿de convertir el polvo en hombre?
Antoni Tàpies. "El péndulo inmóvil". Grabado a dos tintas. Firmado a lápiz y numerado E.A. (1982)
Capaces de incrustarse en la superficie de la pintura, aquellas grietas e incisiones se realizaban de manera impulsiva y visceral, pero con una carga para el pintor profundamente significativa. No en vano Bodhidharma, el fundador del Budismo Zen (que escribió la obra “Contemplación del Muro” sobre la práctica de la meditación) había calado profundamente en Tàpies. La intención del artista siempre fue la de adentrarse en el misterio de la vida, a través de las puertas y muros que pintaba en sus lienzos. Queriendo traspasar a la otra dimensión, a través de ellos.
Antoni Tàpies. Sin título. Litografía. Firmada a lápiz y numerada 24/50 (1964)
A las "Pinturas Matéricas" de las décadas de 1950 y 1960, les llegó el turno a los objetos. En 1970 Tàpies comenzó a incorporar objetos cotidianos en sus obras, en un intento por alcanzar la esencia de la realidad humana y dar un nuevo enfoque a su pintura. Llegaron los lienzos escultura, donde había una parte pintada y otra resaltada con objetos de la vida diaria. Tàpies se acercaba a su búsqueda inicial del mundo físico y el metafísico desde una vertiente más elaborada.
Antonio Tàpies. "Nus". Escultura de bronce. Edición limitada. Firmado en plancha (2000)
Restos de muebles, ropa, objetos del hogar se convertían en una excusa para explicar una historia, desde el origen del árbol en el que fue cortada una mesa, hasta el artesano que fue capaz de moldear cada marco de una puerta. Lo importante al final, son las enseñanzas.