Carlos Méndez: apariciones espectrales de la Mesopotamia Argentina

Méndez

Carlos Méndez nació en Buenos Aires (Argentina) en 1943, aunque su infancia y adolescencia transcurrieron en Gualeguaychú y Concordia, poblaciones situadas en la Provincia de Entre Ríos. Méndez se mueve por el territorio conocido como “Mesopotamia argentina” o Megapotamia, que se asienta sobre las cuencas del río Uruguay y del Paraná y se extiende hasta las cataratas de Iguazú, que son lugares que rebosan de flora y fauna exuberantes y cierto misterio.

Carlos Méndez. Estudio. Técnica mixta sobre lienzo. Firmado

Con semejante entorno, este artista argentino se interesa rápidamente por el paisaje de la densa selva misionera que lo rodea, por las gentes que la habitan herederos de las leyendas de la población indígena guaraní y también por los ritmos ancestrales del chamamé un estilo de música y danza que se inspira en los sonidos de la selva y que desde 2018 forma parte del Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.

Carlos Méndez. Meninas. Técnica mixta sobre lienzo. Firmado

Esa cosmología primitiva y ancestral acompañan a Carlos Méndez a estudiar en Buenos Aires. Sus primeros trabajos fueron la realización de escenografías para compañías de teatro y ballet. Sus primeras exposiciones tuvieron lugar en 1962, cuando aún no contaba con 20 años de edad. Su bagaje de juventud por el nordeste de Argentina le lleva a exponer su obra en diversas ciudades argentinas.

Carlos Méndez. Estudio. Técnica mixta sobre lienzo. Firmado

Una década después, los cuadros de Carlos Méndez llegan a Europa y a principios de la década de los 70, expone en París y Roma. Después de estudiar grabado en Nueva York y San Francisco se traslada a Cataluña en 1976, donde residirá hasta la actualidad. A las primeras galerías catalanas donde expone como en Sant Cugat del Vallès y Barcelona, se les añaden Colombia, Uruguay, Israel, Estados Unidos, Venezuela y Alemania que se interesarán por el trabajo de Méndez y su estilo de figuración heredada de las vanguardias de principios de siglo.

Carlos Méndez. Círculo. Técnica mixta sobre lienzo. Firmado

En oposición al arte abstracto, la figuración exige verosimilitud y Carlos Méndez está dispuesto a encontrar su propio estilo mezclando la distorsión formal con la fuerza expresiva de la línea, eso sí, a menudo en tonalidades oscuras y muy acentuadas. La obra de Carlos Méndez destaca por su originalidad, pero también por su colorido.

Carlos Méndez. Estudio V3. Técnica mixta sobre lienzo. Firmado

Aunque en sus inicios, su obra se centraba en el realismo social; nacido en Francia a mediados del siglo XIX, lo abandonará tras su llegada a Catalunya. Es aquí donde el estilo de Méndez sufrirá una evolución hacia el informalismo que en aquella época está en pleno apogeo, gracias a los miembros del grupo Dau al Set, entre otros.

Carlos Méndez. Imagen. Técnica mixta sobre lienzo. Firmado

El trabajo de Méndez se nutre directamente del informalismo desarrollado en Catalunya a partir de los años sesenta, pero también se acerca al realismo mágico de mediados del siglo XX que intentaba dar credibilidad a lo extraño e irreal. No hay que olvidar una infancia entre los guaraníes, cuyos rituales y ritos tratan de mantener un equilibrio constante entre los diferentes elementos del cosmos.

Carlos Méndez. Conversación. Técnica mixta sobre lienzo. Firmado

De ahí que en sus obras sea común la presencia de seres y lugares oníricos que muestran extraños personajes con rostros indefinidos. Esas apariciones espectrales parecen tan reales, como vivas y en palabras del autor: se trata de una “abstracción realista”, desnudas las formas y centrada en el tema humano.