Los bodegones y Miguel Rasero

Rasero

Antoni Estradera Fontdevilla. Bodegón. Óleo sobre lienzo firmado

El bodegón no siempre ha sido considerado arte, aunque sí ha tenido muchos adeptos. Ya en el Antiguo Egipto los bodegones eran utilizados para representar los alimentos que comería el difunto en el más allá. Desde entonces, en cada época, ha habido artistas que le han dedicado su talento a representar bodegones que en muchos casos esconden abundante simbología.

Escuela Española. Bodegón. Pintura al óleo sobre lienzo (s. XVII)

En cada etapa el bodegón ha evolucionado, en la Antigua Roma, por ejemplo, los boles de frutas representados en pinturas murales y mosaicos eran símbolo de hospitalidad. En el siglo XVI las flores que acompañaban a los bodegones servían para indicar las estaciones del año. Con la llegada del Renacimiento, los artistas añadieron insectos, conchas, mineras y frutas exóticas a sus bodegones.

Ceferino Olivé Cabré. Bodegón con sardinas. Acuarela sobre papel, encolada a tabla. Firmada y fechada (1974)

Las frutas de los bodegones siempre han estado cargadas de simbolismo, quizás para muchos la más evidente sea la manzana; símbolo del pecado. La naranja representa la pureza o virginidad mientras los limones son símbolo de dolor y amargura. Las granadas simbolizan la vida eterna y las uvas representan la lujuria; fruta que ha sido muchas veces utilizadas para dar a entender la infidelidad conyugal.

Ramon Ribas i Rius. Sin título. Óleo sobre lienzo enmarcado (1938)

En el siglo XVII aparece el nombre de Naturaleza Muerta y un siglo después se inicia su declive paulatino hasta que fue recuperado de nuevo por los artistas impresionistas. Finalmente dedicamos este artículo a los bodegones de Miguel Rasero.

Miguel Rasero. Sin título. Grabado firmado y numerado a lápiz por el artista (1989)

Miguel Rasero

“Cuando más rompes, más posibilidades tienes de reconstruirte, de hacer de ti mismo alguien, con propia identidad, más diferente que del resto”.

Miguel Rasero. Sin título. Grabado firmado y numerado a lápiz por el artista (1989)

Miguel Rasero nació en Córdoba en 1955, pero hace años que se instaló en Barcelona. Sus bodegones tienen un lugar predominante en su trayectoria artística que crea mediante la técnica del collage. Dedica especial atención a la luz, la perspectiva y las texturas de sus collages que han evolucionado desde sus primeras pinturas.

Miguel Rasero. Sin título. Grabado firmado y numerado a lápiz por el artista (1989)

Cada serie de Miguel Rasero sufre una transformación, un añadido y una nueva experimentación desde que en 1975 realizó su primera exposición. Los dibujos, grabados, esculturas o piezas de gran formato figurativos han dado paso a juegos visuales e ilusiones ópticas que esconden críticas a la sociedad y una aproximación a la realidad.

Miguel Rasero. Sin título. Grabado firmado y numerado a lápiz por el artista (1989)

Como si fuera un nuevo escalón de una escalera artística, su obra se haya expuesta en varios museos desde Barcelona a Nueva York, pasando también por París y Bruselas. En Córdoba, Pamplona y Florencia también se le han dedicado varias retrospectivas.

Miguel Rasero. Sin título. Grabado firmado y numerado a lápiz por el artista (1989)

Inspirado por Picasso, Braque o Juan Gris, algunos de sus bodegones homenajean al movimiento cubista y a las líneas geométricas que reutiliza en un lenguaje visual totalmente libre de ataduras y exquisitos detalles.